lunes, 26 de octubre de 2009

EL ARTE KITSCH

INTRODUCCIÓN

Explorando de todo un poco en el mundo del arte, encontramos una tendencia artística que genera controversia, a nuestro criterio, una de las más interesantes: el Arte Kitsch.

Kitsch es una palabra alemana de uso universal que significa cursilería, cursi, de mal gusto, pero conlleva además la connotación de barato. Es lo ordinario que también quiere decir, explotado y cliché. Se popularizó en los años 1930, aunque en aquella época, el mundo del arte se escandalizó porque se presentía un supuesto peligro para la cultura.

Aunque su etimología es incierta, está ampliamente difundido que la palabra se originó en los mercados de arte de Múnich entre los años 1860 y 1870. El término era usado para describir los dibujos y bocetos baratos o fácilmente comercializables.

ARGUMENTACIÓN ¿QUÉ ES?

Calificada como cursi, de mal gusto, pasada de moda o inauténtica, esta tendencia es considerada como una copia inferior de un estilo existente. Se dice que el kitsch se basa en repetir fórmulas dejando de lado el sentido de creatividad y originalidad desplegado en el arte genuino.

Aunque se le puede ubicar en el amplio espectro del arte posmodernista -por su aparición cronológica-, la corriente kitsch todavía no cuenta con una plena aceptación en todos los círculos de arte profesional, debido a su naturaleza y evolución.

Entre la crítica existe una amplia discusión sobre qué es, y cómo definir este tipo de expresión artística, no obstante el consenso que resulta del diálogo cybernético apunta a que la definición está implícita en la “intención” de cada forma de expresión.

De esa cuenta se cataloga el kitsch, como el tipo de arte opuesto a lo estético y lo moral. Apunta a ser la crítica y la oposición al sistema económico, político y social materializado en el arte.

INFLUENCIA EN LA VIDA MODERNA

Los objetos caracterizados por supuesta inautenticidad persiguen una gran aceptación comercial. El kitsch, según el concepto común que se tiene del mismo, no pretende ni pide nada más a los espectadores que su dinero.

El fenómeno Kitsch se basa en una cultura consumidora, se establecen modos de relación entre el hombre y los objetos tales como imágenes, pintura, decoración, arquitectura, entre otros.

Esta tendencia aporta placer en la sociedad de masas, es una aspiración de la felicidad, el confort, que influye en la moda, la música y en diversos elementos.
INFLUENCIA EN LOS MENSAJES MASIVOS

Clement Greenberg fue uno de los teóricos y promotores más influyentes del modernismo en Estados Unidos durante los mediados del siglo XX.

Uno de sus mas famosos ensayos es “La vanguardia y el Kitsch” (1939), en el cual rechazo el Pop Art y el Conceptualismo pues no gustaba de la cultura comercial popular, a la que llamaba “kitsch”.

Dentro del concepto de kitsch, Greenberg incluía el cine de Hollywood, las canciones populares, la poesía sentimentalista, revistas, anuncios, ilustraciones e incluso el arte académico del siglo XIX.

Según Greenberg, el kitsch esta definido por su eficiencia de comunicación, mientras la cultura de vanguardia examina las condiciones del proceso creativo y el significado. Es decir, el kitsch funciona para maximizar el efecto, mientras la vanguardia trata de dirigir la causa.

Para Greenberg, tanto el comercio como los regimenes totalitarios buscan la máxima penetración de información controlable, por ello necesitaban del kitsch. Según el, la cultura de masa va a ser inevitablemente kitsch, ya que los consumidores pasivos comprenderán efectos accesibles mas fácil que exploraciones conscientes de causa

Greenberg pensaba que solamente en las sociedades verdaderamente socialistas podría trascender la psicología de consumo pasivo.

CONCLUSIONES

Jeff Koons se ha convertido en el artista más representativo de este género, que a pesar de tener vertientes y comunidades artísticas en contra, ha conseguido trascender en el arte posmodernista en los últimos años, al punto de conseguir importantes espacios en solos y museos internacionales.

Es oportuno aprovechar el debate del kitsch, para ampliar el diálogo sobre las nuevas tendencias en el arte y sobre la “apertura” que tienen las nuevas formas de expresión, para las ideas innovadoras y distintas a las tendencias establecidas por el sistema.

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